La caída sostenida de Las Palmas

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La derrota de ayer contra el Sevilla, cruel sobre todo por las formas, echó sal en una herida que Las Palmas no termina de curar. Ni que le fuera imposible de aplicar al menos un torniquete que pare la sangría, el equipo grancanario acumula ya siete partidos sin ganar, de largo su peor secuencia de la temporada, dolorosa racha coronada por acumular ya 394 minutos sin marcar.

Lejísimos parece ya aquel gol de Munir en Getafe, el que además supuso el 3-3, el último que de momento ha marcado su equipo. Aquel día (2 de marzo) consiguió además Las Palmas el último de los 37 puntos que ahora mismo tiene. Desde entonces, cuatro derrotas consecutivas. Pero el fundido a negro empezó un buen rato antes.

Para visualizar la última victoria de la Unión Deportiva hay que remontarse al ya lejanísimo 10 de febrero, cuando le ganó 2-0 al Valencia de una manera tan agónica. Aquel día, tras el triunfo sellado con los goles de Álex Suárez y Marc Cardona, Las Palmas tenía 35 puntos, apenas le distanciaban dos de la Conference League, estaba en octavo puesto, le sacaba 18 puntos el Cádiz… Las buenas noticias se le acumulaban a la hueste de García Pimienta.

Sin embargo, una semana después de despachar al Valencia le tocó visitar al Atlético de Madrid, y desde entonces comenzó una caída sostenida que, de momento, no tiene pinta de detenerse. Por suerte, haber sido más hormiga que cigarra durante el duro invierno le ha permitido afrontar con calma esta crisis de resultados negativos.

En ese momento comenzó Las Palmas a sufrir una alarmante pérdida de puntos que, sin embargo, apenas ha tenido efectos clasificatorios, dejando siempre claro que la permanencia era su único objetivo posible. Y todo por la falta de pericia del Cádiz, que continúa siendo antepenúltimo, de aprovechar las sucesivas oportunidades de salir de los puestos de descenso. Así, de aquellos 18 puntos de ventaja que tenían los insulares con respecto al descenso tras el 2-0 al Valencia, la diferencia actual continúa siendo muy amplia: 12 puntos.

A falta de 21 por jugarse, la salvación se da por hecha tanto en los vestuarios como en los despachos de Las Palmas. No corre, de momento, mayor peligro. El equipo, totalmente destensado, tira de provisiones. De momento le basta. La semana que viene, en Vigo, más le vale salir de dudas.

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