Ohlab: cuando la arquitectura es una escenografía ilustrada, sostenible y hermosa

Hablan el lenguaje de los sentidos, ese con el que los hedonistas se recrean entre sonidos, texturas y olores; aunque Paloma Hernaiz y Jaime Oliver, pueden ser exquisitamente rigurosos cuando de sostenibilidad hablamos. Se conocieron durante sus estudios de Máster en Arquitectura en la Universidad de Columbia, en Nueva York, y, años después, coincidieron en OMA, el estudio de Rem Koolhaas, que les sirvió para adquirir las tablas necesarias para volar libres y fundar Ohlab en 2007.

Cambiaron Róterdam por Madrid y Madrid por Palma de Mallorca, lo cual da pistas de la importancia que tiene el medioambiente para ellos. Actualmente, lideran un equipo de veinte profesionales y trabajan en proyectos innovadores y sostenibles por todo el mundo. Su historia está marcada por la pasión compartida por la arquitectura, la divulgación y un enfoque detallista en el diseño de interiores.

Can Santacilia es un proyecto residencial de 3.300 metros cuadrados con quince viviendas y zonas comunes. (José Hevia)

Can Santacilia es un proyecto residencial de 3.300 metros cuadrados con quince viviendas y zonas comunes. (José Hevia)

¿Hacia dónde camina la arquitectura la contemporánea?

En un mundo cada vez más interconectado, la arquitectura debe ofrecer soluciones que trasciendan fronteras, geográficas y culturales, buscando respuestas locales y singulares que se ajusten a las particularidades de cada entorno. Los espacios arquitectónicos deben provocar emociones y experiencias únicas; no limitarse a crear estructuras funcionales, sino también sensaciones y conexiones emocionales con el entorno construido.

“Los espacios arquitectónicos deben provocar emociones y experiencias únicas”, OHLAB

Casa Palerm, una pequeña vivienda en el corazón de Mallorca. (José Hevia)

Casa Palerm, una pequeña vivienda en el corazón de Mallorca. (José Hevia)

Por otro lado, los arquitectos tenemos una responsabilidad creciente en el cuidado del medio ambiente, ya que la construcción representa el 40 por ciento de las emisiones del planeta. Es crucial abordar este problema mediante prácticas más sostenibles, lo cual implica optimizar la eficiencia energética y minimizar el impacto ambiental en todas las etapas del ciclo de vida de las construcciones, desde el diseño hasta la demolición o reutilización.

¿Cuáles son los principales puntos fuertes de vuestro estudio?

Ohlab se dedica al análisis urbano y la investigación cultural contemporánea a través del diseño, la arquitectura y la estrategia urbana. Cada proyecto es único y requiere una solución personalizada, considerando factores como el contexto, la historia del edificio, los usuarios, el cliente, el programa, la logística, la eficiencia energética y la viabilidad económica.

Aunque hay elementos comunes que abrazamos en la mayoría de nuestros trabajos. La responsabilidad ambiental, la eficiencia energética y el uso de materiales locales y naturales, son valores transversales en nuestra práctica.

Can Bordoy. (José Hevia)

Can Bordoy. (José Hevia)

Además, como arquitectos y diseñadores, aspiramos a crear espacios que vayan más allá de simples estructuras físicas, actuando como escenarios para narrativas sociales y facilitando la interacción humana.

¿Qué es la construcción pasiva y por qué es tan importante para Ohlab?

Una construcción pasiva, conforme al estándar passivhaus, es aquella altamente eficiente en cuestiones energéticas, con un consumo de menos de 14 kW por metro cuadrado al año. Nuestra Casa MM es un buen ejemplo de este tipo de construcciones, concebida hace una década con criterios passivhaus. Durante este tiempo, ha demostrado un consumo de climatización nulo y ha estado en uso sin necesidad de climatización, además de aprovechar la recogida de agua pluvial y desconectarse de la red de agua.

Estos objetivos han guiado nuestras decisiones de diseño en el proyecto Paseo Mallorca 15, reflejando nuestro compromiso con una arquitectura respetuosa que se adapte a los desafíos de nuestro tiempo. En nuestra visión de futuro, la relación con la Tierra y la protección del medio ambiente son fundamentales.

¿Cómo serán las casas del futuro?

La construcción pasiva es muy importante, pero no es el único elemento destacable en el camino hacia la responsabilidad ambiental en la arquitectura y la construcción. Más allá de la eficiencia energética, también debemos controlar la huella de carbono de los edificios, asociada a las emisiones de CO₂ derivada de los materiales de construcción. Las casas del futuro podrían ser edificios con una huella de carbono nula, y que no solo sean eficientes energéticamente, sino que generen más energía de la que consumen, aportándola a la red.

Edificio Parallel, todo un desafío urbanístico. (José Hevia)

Edificio Parallel, todo un desafío urbanístico. (José Hevia)

También estamos prestando mucha atención al uso de materiales de construcción. Esto implica la búsqueda de opciones como madera certificada, materiales naturales, elementos reciclados y la reducción drástica en el uso de químicos. Otro aspecto importante en este sentido son los materiales locales, que ayudan a reducir la huella de carbono asociada con el transporte de materiales de construcción.

Además, se están explorando soluciones de reutilización de agua, como sistemas de captación de agua de lluvia y reciclaje de aguas grises, para abordar la escasez de agua en muchas regiones. Nosotros hemos implementado un sistema de recolección y reutilización de agua para piscinas en Parallel, uno de nuestros proyectos más recientes, que además sirve para el riego de las zonas verdes.

Otro de vuestros fuertes es la adaptación de espacios históricos.

En proyectos de rehabilitación de edificios históricos como Can Bordoy y Can Santacilia, primamos la responsabilidad y el respeto hacia la historia como pilares fundamentales de nuestro enfoque. Reconocemos que cada edificio antiguo es un testigo de su propia historia, marcada por diversas intervenciones y transformaciones que contribuyen a su singularidad.

En lugar de buscar la restauración idealizada o la eliminación de todas las alteraciones históricas, abogamos por comprender y valorar las distintas etapas y elementos que conforman la historia del edificio. Esta perspectiva nos lleva a identificar y apreciar los elementos valiosos en cada fase de su evolución, en lugar de ocultar las huellas del pasado.

Can Bordoy. (José Hevia)

Can Bordoy. (José Hevia)

Al mismo tiempo, consideramos esencial adaptar los edificios históricos para satisfacer las necesidades contemporáneas. Esto implica actualizar los espacios y usos, asegurando que sean funcionales y adecuados para la vida en el siglo XXI. En Can Bordoy, por ejemplo, nos enfocamos en las necesidades de un hotel urbano, mientras que en Can Santacilia nos centramos en las necesidades de sus residentes, quienes buscan un estilo de vida contemporáneo.

¿Quiénes son vuestros referentes?

Arquitectos con los que hemos trabajado como Rem Koolhaas, Ole Scheeren o Gisue y Mojgan Hariri; clásicos modernos como Oscar Niemeyer, Geoffrey Bawa, Lina Bo Bardi o Josep Lluis Sert. Pero también figuras muy variadas fuera del mundo de la arquitectura como Marshall Mc Luhan, David Lynch o Bureau Betak.

¿Algún nuevo talento que deberíamos tener en el punto de mira?

Pablo Erroz, por su sensibilidad en el diseño y su consciencia medioambiental. También el realizador José Taltavull, que ya está trabajando en su primera película, para la que tendremos el honor de diseñar la escenografía.

Can Santacilia, pura sensualidad. (José Hevia)

Can Santacilia, pura sensualidad. (José Hevia)

¿Tenéis algún fetiche a la hora de crear espacios?

Nos obsesiona la experiencia sensorial en todos los aspectos de los interiores que diseñamos. Desde el momento en que alguien entra en uno de nuestros espacios, queremos que se sientan envueltos en una atmósfera que despierte todos sus sentidos.

Nos esforzamos por cuidar cada detalle, incluso los más pequeños, para garantizar una experiencia completa y envolvente. Para nosotros, el aspecto táctil es fundamental. Nos encanta jugar con la interacción analógica, ya sea a través de interruptores suaves al tacto, mecanismos precisos de apertura de puertas y armarios o la inclusión de palancas y botones que inviten a la exploración y la participación física en el espacio. Para uno de nuestros proyectos hoteleros, Can Bordoy, diseñamos un mueble bar que partía de esta idea.

Buscamos materiales que sean sensorialmente enriquecedores. La cal natural en las paredes, no solo proporciona una sensación al tacto, sino que también emite un olor suave y terroso que añade otra capa a la experiencia del espacio, al igual que la piedra y la madera. Por ejemplo, nos encanta que los interiores de los armarios sean de cedro natural, por sus propiedades sensoriales, como el aroma que impregna la ropa en los armarios y que además ayuda a protegerla contra las polillas.

Paloma Hernaiz y Jaime Oliver son Ohlab. (José Hevia)

Paloma Hernaiz y Jaime Oliver son Ohlab. (José Hevia)

¿Cuál es el proyecto más complicado que habéis hecho hasta ahora?

Es difícil destacar solo un proyecto, aunque Can Santacilia fue extremadamente complejo debido a sus características históricas y de conservación, además de su estructura rígida. Sin embargo, si tuviéramos que resaltar la dificultad de un proyecto en particular, sería Paseo Mallorca 15; enfrentamos desafíos significativos que requerían un enfoque diferente al de una construcción convencional. Tuvimos que cambiar procesos y mentalidades para adaptarnos a esta nueva forma de construir.

¿Hacia dónde dirigís vuestros pasos?

Nuestra meta es seguir explorando nuevos horizontes en el mundo de la arquitectura y el diseño. Queremos continuar desafiando los límites de la creatividad y la innovación, buscando constantemente nuevas formas de integrar la sostenibilidad y la funcionalidad en nuestros proyectos. Nos inspira la idea de seguir creciendo y evolucionando, aprendiendo de cada experiencia para impulsar nuestro trabajo hacia adelante.